La posibilidad de una planta de energía de biomasa
Cuando el potencial de la energía de biomasa apareció por primera vez en la década de 1970, todo el mundo estaba muy entusiasmado con la posibilidad de una fuente de energía renovable que se podía obtener fácilmente. Como resultado, se realizaron estudios y se acordó que el sol proporcionaba energía a las plantas a través de la fotosíntesis y que podría ser posible convertir este recurso en energía. Se exploraron varias áreas relacionadas con la posibilidad de desarrollar una central eléctrica de biomasa.
A lo largo de los años, desde el primer descubrimiento, se han llevado a cabo muchos experimentos sobre cómo descomponer los componentes de la materia orgánica que resultarían en energía que podría ser utilizada en la industria moderna y el uso civil. Estos componentes se sometieron a muchos ensayos diferentes para tratar de encontrar un método que pudiera aplicarse de manera económica
Desafortunadamente, se encontró que las enzimas y otros componentes necesarios eran muy costosos y no hacían que la operación fuera rentable si se hacía a gran escala. A pesar de la gran cantidad de dinero del gobierno y de los comités especiales de supervisión, todavía existen problemas en esta área. La composición interna de los diversos productos orgánicos requiere diferentes aplicaciones para descomponerlos en una forma utilizable que se convierta económicamente en el producto final.
El sueño de todos los involucrados en este proyecto es desarrollar una serie de centrales eléctricas en todo el país que proporcionen la energía necesaria para la electricidad y otras necesidades energéticas. Esta sería una situación ideal y aliviaría a la nación y al mundo de la dependencia de los combustibles fósiles. Además, aliviaría el problema de la preocupación actual con respecto al efecto invernadero que sus emisiones están causando en la atmósfera.
Para que esto sea una realidad, será necesario determinar una forma fácil y costosa de descomponer los componentes de la materia orgánica. Actualmente no hay ninguna planta a escala real en operación o en construcción en Norteamérica. Louisiana tiene planes en marcha para construir una planta, pero todavía está en la mesa de dibujo.
En la escena mundial, Canadá tiene dos plantas de demostración en funcionamiento. Se trata de una planta de fermentación y una planta de fermentación/gasificación de residuos sólidos urbanos. Están utilizando el trigo como el producto principal, pero han descubierto que también es caro. Polonia no tiene una planta, pero está utilizando biomasa en las operaciones de combustión conjunta.
Las mejoras en la tecnología de conversión es la única manera en que será posible algún día ver numerosas plantas de energía ubicadas en los Estados Unidos y en el mundo. Con la participación de científicos de primera línea en esta investigación, se cree que es sólo cuestión de tiempo cuando esto se convierta en una realidad.
Los que saben saben que no sería de ningún valor construir una central eléctrica de biomasa hasta que no se pueda obtener el coste de reducir los materiales orgánicos a un producto barato y utilizable. El Departamento de Energía de los Estados Unidos está haciendo todo lo posible para hacer realidad esta posibilidad. Numerosas universidades tienen programas en marcha, estudiando este problema y se cree que en los próximos años el objetivo de las centrales eléctricas se hará realidad.