Quema simultánea de Biomasa y Carbón
La generación de electricidad para abastecer de energía a hogares y empresas requiere una gran cantidad de combustible cada año.
Hasta ahora, la mayor parte de ese combustible ha sido en forma de carbón porque produce una gran cantidad de calor en comparación con su peso y volumen.
Sin embargo, la quema de carbón libera dióxido de carbono en el aire que ha estado fuera del ciclo del carbono durante millones de años y conduce a una acumulación de gases de efecto invernadero que ha demostrado contribuir a los cambios climáticos mundiales.
La combustión simultánea de biomasa y carbón reduce las emisiones de CO2 en una cantidad significativa.
La biomasa se define como el material de desecho de plantas y animales que han muerto recientemente. En la mayoría de los casos, se refiere a material vegetal como astillas de madera y pastos. La biomasa se considera un recurso renovable porque es posible replantar bosques y cultivos para sustituir el material utilizado como biomasa para la generación de energía.
La quema de biomasa produce CO2, al igual que la quema de combustibles fósiles
La diferencia es que el CO2 liberado por la quema de biomasa sigue siendo una parte activa del ciclo del carbono y es absorbido por las plantas vivas a un ritmo que iguala o supera el ritmo de liberación.
Esto significa que las emisiones de gases de efecto invernadero se mantienen aproximadamente iguales a corto plazo, pero a largo plazo, la biomasa produce un menor porcentaje de emisiones porque sigue formando parte del ciclo del carbono. Las centrales eléctricas de carbón se están dando cuenta de este hecho y están añadiendo biomasa a su materia prima para aprovechar la disminución neta de sus emisiones de carbono.
A medida que la investigación continúa sobre las mejores maneras de mantener los cultivos de biomasa y los bosques para que el combustible que se quema sea reemplazado al mismo ritmo que se consume, la biomasa desplazará a un creciente porcentaje de carbón y otras fuentes de combustible.
A medida que esto suceda, las emisiones de carbono seguirán disminuyendo en términos netos hasta que se detenga o se invierta la acumulación de gases de efecto invernadero.
En la actualidad, la forma más común de biomasa utilizada junto con el carbón es la madera. Esto puede ser en forma de astillas de madera que se recogen de otras industrias como las fábricas de papel y de madera, o puede ser en forma de pellets de biomasa comprimida que pueden contener tantos BTUs de energía en el mismo volumen que el carbón que se quema con ella.
Los estudios han demostrado que los árboles de crecimiento rápido, como el álamo, pueden utilizarse para crear bosques sostenibles que sustituyan al material utilizado con la misma rapidez con que se cosecha después de un período de unos 50 años.
Hay otros árboles de crecimiento rápido que se desarrollan bien en otras áreas.
Los pastos, especialmente el switch grass, también están siendo estudiados debido a sus rápidas tasas de crecimiento y reemplazo después de la cosecha.
El consumo actual de energía requiere el uso del combustible más económico disponible. Esto significa carbón en la actualidad. Sin embargo, las nuevas leyes que rigen las emisiones de gases de efecto invernadero están haciendo necesario que muchas centrales eléctricas de carbón quemen simultáneamente biomasa y carbón para obtener la disminución neta de emisiones que exigen estas leyes.